sábado, 4 de octubre de 2008

En las highlands

He conseguido visitar uno de los países que más me han llamado la atención desde siempre: Escocia. No me ha defraudado para nada y la verdad es que sí que cumple todos los tópicos que se cuantan sobre ella: un país de color verde con ciudades y cielos oscuros y repleto de castillos y lagos

Reservamos por Internet (easyjet.com) el viaje de ida y vuelta Madrid-Edimburgo, el alojamiento de los dos primeros días en Edimburgo y el alquiler de un coche para los 7 días que hemos estado por allí. Para los 5 días que estuvimos fuera de Edimburgo decidimos alquilar el alojamiento sobre la marcha.

De pelas, pues nos hemos gastado una pasta, aunque para lo caro que dicen que es Escocia yo pienso que no ha sido para tanto. Para que os hagáis una idea, lo que reservamos por Internet nos costó esto:
-Los pasajes de avión de ida y vuelta, unos 100€ cada uno.
-El alquiler del coche, 129€ los 7 días.
-La guest-house donde nos alojamos en Edimburgo, 50 libras la noche (unos 62€).
Más o menos se puede decir que los precios están como en España pero cambiando los euros por libras, algo más caro.


Sábado, día 27
Salimos de Barajas a las 14,50h y para las 16,40 estábamos en Edimburgo. Son unas 3 horas de vuelo, pero existe una hora de desfase horario con España.

En el pequeño aeropuerto de Edimburgo nos recibió la famosa lluvia escocesa, que ya practicamente no cedió en los 7 días, una pasada.
Lo primero que hicimos nada más llegar fue ir al mostrador de Europcar donde habíamos reservado el vehículo, aquí ya ocurrió lo que me temía, híbamos a tener "problemillas" con el idioma anglosajón. Bueno, nos dieron un vauxhall meriva (vauxhall es la open inglesa), un coche muy majo pero con el volante a la derecha.
Tenía bastante pánico al tema de conducir por la izquierda pero al final no fue para tanto, tan sólo pasé malos momentos los primeros 20 minutos, lo que nos costó ir desde el aeopuerto hasta el centro de Edimburgo, donde teníamos el alojamiento. La constante lluvia y el tráfico en el centro de Edimburgo además agravaron el problema. El resto de días ya no tuve problemas, alguna vez golpeas la puerta al ir a meter las marchas, otras tiendes a hacer las rotondas por la derecha, otras intentas coger el cinturón de la nada..., vamos, pequeñas anécdotas.


Vauxhall Meriva (I)Vauxhall Meriva (II)
 
El alojamiento que elegimos en Edimburgo fue una guest-house; éstos y los bed & breakfast (no sé en que se diferencian entre ellos) son la mejor opción para alojarse en este país, salen por unas 45-55 libras y ofrecen una cómoda habitación y un potente desayuno inglés, con lo que ellos supone: huevos fritos, salchichas, alubias, tomates, bacon...
Esa noche salimos a dar una vuelta para hacer una primera toma de contacto con la ciudad y la verdad es que nos impresionó muchísimo. Edimburgo es una ciudad gótica, oscura, gris, llena de callejones y humedad en el suelo y de humo y alargadas agujas en el cielo, parece el escenario perfecto para una película de terror.
Domingo, dia 28
Tras tomar fuerzas con nuestro "English breakfast" nos pusimos en marcha, primero vimos rápidamente la New Town, es una zona de calles georgianas que no tiene gran cosa, después entramos en Princess Street Gardens ,unos jardines en el centro de Edimburgo preciosos.
Princess street gardens
 
Entrar al Castillo de Edimburgo es muy caro (unas 12 libras), peor es uno de los monumentos "calientes" de la ciudad y es obligatorio entrar. Lo estuvimos recorriendo de lado a lado, y a mi particularmente lo que más me gustó de él son las vistas sobre la ciudad.
Castillo de Edimburgo situado en un alto
 
Edimburgo, desde el castillo
 
La Royal Mile es la calle más importante de la ciudad y el corazón de la llamada "Old Town", en un extremo conecta con le castillo y en el otro con el palacio de Holyrood. Es una calle llena de turistas, de tiendas, de auténticos pubs escoceses y que contrasta increíblemente con los oscuros y estrechs callejones que salen a ambos lados de la calle. Se llama así porque mide una milla de longitud (1,6km) y antiguamente la casa real se movía por ella para trasladarse desde el palacio de Holyrood, donde tenían su residencia, hasta el viejo castillo.
Nosotros empezamos desde el castillo y fuimos recorriendo los diferentes monumentos. Entramos a la "
Camera Obscura" un antiguo edificio utilizado como museo de imágenes extrañas. Después vimos el hub, la sede del Festival Internacional de Edimburgo. Un poco más adelante está la Catedral de St Giles, otra visita obligatoria.
 
Exterior de la catedralLa magnífica capilla del cardo


Adam Smith, padre del capitalismo, retratado en plena Royal Mile
 
De la calle más famosa de Edimburgo pasamos a la segunda calle más famosa: Princess Street, unida a la Royal Mile a través de los Princess Street Gardens. Ésta calle está llena de tiendas de moda y en ella vimos unos cuantos monumentos famosos, por ejemplo el Scott Monument, una torre de 60 metros de altura dedicada al famoso escritor y poeta Sir Walter Scott.
 
Scoot monumentHotel Balmoral
 
Al final de Princess Street está Calton Hill, una colina desde donde hay otra vista magnífica de la ciudad. Antes de subir a la colina visitamos el viejo cementerio, donde se encuentra la tumba del filósofo David Hume.
 

Cementerio de Old Calton
 
En Calton Hill además de las vistas, hay varios edificios que se pueden visitar: la columna de Nelson, el viejo observatorio o el monumento nacional
En frente de Calton Hill queda el "Arthur´s Seat", una montaña de 251 metros de aspecto muy parecido a las que encontraremos en las hihglands del norte. Nos pareció buena idea subir hasta allí para ver el atardecer pero pensamos que se nos haría de noche antes, así que subimos hasta las Salisbury Crags, unas colinas que hay jsuto enfrente un poco más bajitas.
El Monumento Nacional guarda muchas similitudes con el PartenónArthur´s Seat visto desde Calton Hill
 
Al volver a al ciudad recorrimos el tramo que nos faltaba de la Royal Mile, empezando desde el palacio Hollyrood (ya estaba cerrado). Junto a él se encuentra el nuevo Parlamento de Escocia, un edificio muy moderno que ha causado cierta controversia entre los escoceses.

Antes de regresar a la habitación entramos a ver un espectáculo llamado "Mary King´s close", que no nos gustó nada. Se trata de una recreación del Edimburgo antiguo, concretamente de los oscuros callejones que había debajo del actual Edimburgo, donde la gente vivía en la auténtica miseria. Se supone que el espectáculo debía dar miedo, pero lo que provocaba eran bostezos y aburrimiento.

Lunes, día 29
El lunes nos tocaba coger el coche y ya marchar de Edimburgo.
Antes de comenzar nuestro viaje hacia las highlands, hicimos una breve incursión en el sur para visitar la
Abadía Cisterciense de Melrose. Con la de kilómetros que teníamos hacer hacia el norte yo no quería meter millas hacia el sur, en dirección contraria, pero ver esta abadía era un imperamento de Edith.

Abadía de Melrose

Desde Melrose volvimos a Edimburgo y ya nos dirigimos por la autovía A8 hasta Glasgow, de allí subimos hacia Loch Lomond, uno de los lagos más famosos del país. Nuestra intención era subir por toda la costa oeste hasta la isla de Skye, llegar todo lo que pudiéramos hacia el norte (al final llegamos hasta Inverness) y de ahí bajar por la zona central otra vez hasta Edimburgo.

Para rodear Loch Lomond paramos en varios pueblos, primero en Ballock. Allí comimos mientras el cielo se desplomaba encima nuestro (menuda jarreada) y luego dimos una vuelta por la zona costera y otra vuelta para ver el castillo del pueblo.

En la orilla del Loch Lomond
 
Luego paramos en Luss, un pequeño pueblo muy pintoresco. Otra pequeña vuelta para ver el pueblo y la iglesia y de nuevo en ruta.

Nuestro objetivo era hacer noche en Oban, un bonito pueblo de la costa atlantica, así que nos metimos una buena panzada de millas hasta allí. Reservamos un bed & breakfast, y luego salimos a cenar en un fish and chips (local típico del Reino Unido donde se sirve pescado frito, normalmente bacalao, con patatas fritas). Yo esa noche probé el plato tradicional de Escocia, el haggis. Este famoso plato de sabor muy intenso consiste en un embuchado echo con las visceras del cordero (pulmón, hígado, corazón) mzcladas con cebolla, avena y muchas especias.; todo esto se mete en una bolsa hecha con el estómago del animal y se cuece durante horas.


Martes, día 30
Durante la lluviosa mañana nos dedicamos a ver Oban. En la oficina de turismo nos dieron un mapa y nos indicaron algunas cosas para ver.
En lo alto del pueblo está el coliseo, un magnífico mirador con forma parecida a una miniatura del coliseo romano. Vimos la destilería de wiskhy y la que llaman catedral roja. Paseamos por el puerto y luego caminamos pegados a la costa hasta el viejo castillo, al que no pudimos entrar porque se encuentra en estado de ruina.

Coliseo

Panorámica de Oban desde el Coliseo
 
De Oban salimos hacia el norte, hacia el valle de Glencoe. Antes de llegar paramos en Ballachulish, allí en el centro de Interpretación nos indicaron una ruta sencilla de 45 minutos.


Bosque invadido por el musgo en la ruta de Ballachulish

Glencoe, además de un pueblo, es el nombre que recibe una zona montañosa por la que corre el río Glencoe. Es una de las zonas más visitadas por los turistas. Se trata de un paraje inmensamente verde y con unas montañas perfectas para los amantes del senderismo de altura.
Dejamos el coche aparcado en el arcén de la carretera y estuvimos un rato contemplando tan bello paisaje, además también hicimos una pequeña ruta de 40 minutos hasta un lugar celta llamado kilt-rock.

Glencoe (I)Glencoe (II)

Nuestro siguiente destino es otra ciudad clave para los turistas que visitan Escocia: Fort William, famoso por estar situado junto al pico más alto de todo el Reino Unido, el Ben Nevis (1344m).
El pueblo lo vimos rápido así que antes de que anocheciera nos fuimos a ver las esclusas del
Caledonian Canal, un canal de agua dulce que une dos grandes algos de la zona.
 
Caledonian CanalFort William

También nos dió tiempo a acercarnos a Glenffinan, allí se encuentra el viaducto que sale en una de las películas de Harry Potter y pro el que pasa el tren de vapor que une Fort William con Mallaig. Más impresionante que el viaducto es el monumento dedicado a los "jacobinos" que se encuentra también allí mismo, junto a un precioso lago, en un lugar inolvidable. Al ver este lugar justo en el anochecer todavía lo hacía más especial, éste ha sido uno de mis lugares favoritos de todo el viaje.
De allí regresamos a Fort William y reservamos noche por 45 libras en el que pienso que fué el mejor Bed & Breakfast de todo el viaje.
Viaducto de GlenfinnanMonumento Jacobino en Glenfinnan
 
Miércoles, día 1
Por la mañana temprano salimos hacia Glen Nevis, el valle del Ben Nevis, muy cercano a Fort William; en éste viaje aprendimos alguna palabra celta como "Ben" que es montaña y "Glen" que es valle.
Fuimos hasta allí para ver la "
steal waterfall", una tremenda cascada a la que se llega después de una ruta de a pie que cuesta 1 hora entre ida y vuelta.
En esta zona es impresionante ver la cantidad de agua que caía desde las montañas hacia le fondo del valle, había pequeñas hileras, arroyos y desbocados torrentes miraras dodne miraras.


Steal waterfall
 
Mientras híbamos con el coche hacia la cascada se nos cruzaron en la carretera una manada de auténticas "highland cows", unas vacas típicas del norte de escocia. Se diferencian de las tradicionales por su abundante largo pelo.
Un poco má adelante también vimos ovejas escocesas, fácilmente reconocibles por su negra cabeza.
 
Vaca esocesaOveja escocesa
 Después de visitar el Glen Nevis, nos quedaba un buen tramo para llegar hasta la isla de Skye, nuestro siguiente destino.
En el trayecto paramos en varios lugares, primero para ver el
Commando Memorial, una estatua situada en Spen bridge y que es un homenaje a los soldados caídos en la segunda guerra mundial. Por lo que ví, esto es algo muy típico en todos los pueblos de Escocia en los que la Segunda Guerra Mundial causó bajas entre sus habitantes.
 
Commando memorial
 
Antes de llegar a la isla paramos para ver otro lugar emblemático del viaje: el Castillo de Elian Donan, o más conocido como "Castillo de los Inmortales", en él se rodaron escenas de la famosa película de Christopher Lambert.
Un típico higlander con su kiltGaitero frente al castillo
Elian Donan Castle reflejado
Entramos a la isla de Skye pasando por el puente de dos millas que la une desde Kyle Of Lochalsh.


Una vez en Skye, subimos por la carretera que va pegada a la costa oriental de la isla. Pasamos Portree, la capital de la isla y paramos a ver una zona rocosa de formas muy curiosas llamada "old man of stoor". También paramos a ver la zona de acantilados que bordea con el Atlántico. Aquí el viento y el frío eran intensísimos, en la foto se aprecia por la cara de frío que tengo.
Acantilados (I)Acantilados (II)

  Especialmente impresionante es la cascada de Kilt Rock, una cascada que acaba directamente en el Atlántico.

Kilt Rock

Regresamos a Portree ya cuando anochecía, para cenar y buscar un alojamiento. Portree es un pueblo pequeño, del que lo único un poco destacable es la zona portuaria.

Portree

Jueves, día 2
Nos dirigimos hacia Inverness, antes de llegar paramos en el Urquart Castle, otro de los castillos más visitados del país. Pienso que este castillo sobretodo es famoso por estar situado a las orillas del lago Ness.



Ruinas del Urquart castleLago ness

Después de comer en el propio castillo y tras hacer una breve parada en Drumnadrochit para ver por fuera el centro de visitante del monstruo del Lago Ness llegamos a Inverness, la capital de las highlands. Es una ciudad que nos gustó mucho. Vimos la zona antigua, plagada de numerosas iglesias; el castillo y también hicimos el "island walk", un paseo paralelo al río Ness y desde el cual accedimos a varias islas del río unidas entre sí y a la ciudad por diversos puentes.
También entramos a una tienda a probarme un kilt, la famosa falda escocesa; aunque no tenemos fotos de tal acontecimiento, la verdad es que mereció la pena.

Río NessCastillo de Inverness (I)
Island walkCastillo de Inverness (II)

Viernes, día 3
Durante la mañana nos dedicamos a ver los alrededores de Inverness.

Vimos la vieja Catedral de Fortrose, rodeada de un cementerio y la Abadía de Beauly.

Catedral de FortroseAbadía de Beauly

Luego fuimos a ver el Castillo de Cawdor. La entrada al castillo incluye ver los inmensos jardines que hay alrededor, en los silvestres hay varias rutas señalizadas que se pueden recorrer a pié.
El castillo por dentro no tiene gran cosa, yo personalmente no recomiendo la visita.

Jardines silvestres del Castillo de Cawdor

Para comer regresamos a Inverness. Habíamos visto el día anterior un restaurante llamado "La tortilla asesina" y después de tanta comida británica nos apetecía comer algo en condiciones.

"La tortilla asesina"

Después de ponernos finos a "tapas", empezamos nuestro viaje de regreso a Edimburgo, ya que al día siguiente salía nuestro avión hacia Madrid.
Emprendimos el viaje hacia el sur bordenado las montañas Cairngorms las cuales forman un Parque Nacional, estas solo las pudimos ver a través del cristal del coche, en las cimas ya se veía que estaban algo nevadas.

Paramos a ver el Castillo de Atom pero estaba ya cerrado, la mayoría de atracciones turísticas cierran a las 17,30h, el frío que hace por estas latitudes y lo pronto que anochece no ayuda a alargar el horario de los establecimientos y museos.
También paramos en Pitlochry, pero cuando lelgamos ya era de noche y no pudimos ver gran cosa. Nos llamó mucho la atención un edificio en las afueras del pueblo y que todos los años parece que organzia un importante festival de teatro, no pegaba para nada es ese sitio.
Seguimos nuestro viaje hacia el sur y decidimos parar en Perth a hacer noche.

 Sábado, día 4
Por la mañana estuvimos dando una vuelta por Perth, pero nos pareció una ciudad grandecita pero sin nada que ver para los turistas. En seguida nos fuimos y paramos en otra ciudad mucho más interesante: Dunfermline. Mirando por Internet además he visto que esta ciudad está hermanada con Logroño :)
Dunfermline fue la capital de Escocia durante la Edad Media. Caminando por sus calles uno enseguida se da cuenta de estar en una ciudad importante.
Al llegar decidimos dar una vuelta por el parque de Pittencrieff. Al salir de él, entramos a ver dos de sus monumentos más notables, el
Palacio y la Abadía de Dunfermline.
Especialmente nos gustó la abadía, muy bonita tanto por fuera como por dentro. Dentro de ella está enterrado Robert the Bruce, uno de los reyes más importantes en la historia del país.
Junto a la abadía se encuentra la coqueta Abbot House, un edificio pintado de color rosa muy bien conservado y que fué el único que se salvó del incendio que arrasó la ciudad hace 300 años.

Calle de DunfermlineInterior de la abadía de Dunfermline

 Comimos en un burguer king del centro de Dunfermline y marchamos hacia Edimburgo ya que nuestro avión salía a las 17h y todavía teníamos que devovler el coche al parking de Europcar.
El avión arrastró un retraso de cerca de una hora pero regresamos sin problemas a Madrid cerca de las 10 de la noche.
Al recoger el coche, el cual lo habíamos dejado en el parking privado de Barajas, nos llevamos una desagradable sorpresa. Nos costó 120 eurazos sacarlo de allí, había leído en la tabla de precios de Internet que el precio por 8 días era de 65 euros, pero bueno, ya con el cansancio y la hora que era no quise ni protestar.